Las maravillas de la cúrcuma: Arroz con cúrcuma (receta)
This post is also available in: Español
Son tantas las maravillas de la cúrcuma, que aunque no soy especialista en temas de salud o nutrición, si soy testigo de los beneficios que este condimento aporta a nuestro organismo. Mi experiencia empieza hace unos dos años, cuando a mi abuelita la achacaron unos intensos dolores en las articulaciones. Ella que siempre se ha caracterizado por ser ejemplo de fortaleza, no soportaba los fuertes malestares que incluso llegaron a impedirle caminar.
Mi mamá y mi tía no encontraban solución alguna a este problema, acudiendo a cuanto médico existía en Bogotá, hasta que en una tarde californiana yo observaba por primera vez el programa televisivo del Dr. Oz. El famoso especialista hablaba de las innumerables bondades de una especia, desconocida en aquel entonces para mí; turmeric era la palabra que repetía una y otra vez el presentador.
El traductor de Google me introdujo posteriormente a su nombre en español: cúrcuma. Lápiz y papel en mano para anotar esa palabra que no tenía que olvidar, mientras continuaba escuchando las cualidades del que era el antiinflamatorio más poderoso de la naturaleza. El Dr. Oz enunciaba que los beneficios de la cúrcuma eran tan grandes, que se le suministran tabletas de dicha especie a los enfermos de SIDA con el fin de prevenir infecciones. Otras maravillas de la cúrcuma que el presentador destacaba eran:
- Ayuda a reducir el colesterol.
- Mejora la digestión.
- Previene enfermedades como el Alzheimer, cáncer y las patologías hepáticas.
- Reduce el nivel de azúcar en la sangre de quienes padecen diabetes.
- Contiene más de una docena de componentes antiinflamatorios, ideal para combatir la artritis.
Esta última característica fue la que me hizo llamar de inmediato a Colombia y pedir a mi mamá que consiguiera urgentemente la milagrosa cúrcuma. En pocos días, la mejoría de mi abuelita fue tan notoria, que paseaba con sus hijas todos las mañanas sin ninguna dificultad y sus molestias habían quedado en un amargo recuerdo.
En nuestra alacena no falta nunca esta especia, la incluimos en gran parte de los platos que se preparan a diario. Arroces, sopas, pastas, vegetales y hasta los huevos revueltos del desayuno llevan un toquecito de cúrcuma.
Ahora que ya sabes mi experiencia con esta poderosa aliada en la cocina, ¿te animas a incluir la cúrcuma en tu dieta? Me encantaría saber cómo le sacas el mayor provecho en tus comidas.
- 1 taza de arroz
- 1 cucharada de aceite
- 1 diente de ajo
- 2 tazas de agua
- 1 pizca de cúrcuma
- Sal al gusto
- Lava muy bien el arroz hasta que el agua salga clara.
- Calienta el aceite en una olla, a fuego medio.
- Agrega el ajo, dejándolo dorar levemente, sin quemarlo.
- Añade el arroz, remueve para que se impregne bien con el aceite y absorba el sabor del ajo.
- Incorpora el agua, la cúrcuma y la sal al gusto.
- Si deseas agregar verduras o cualquier otro ingrediente, este es el momento de hacerlo.
- Remueve bien, baja el fuego y tapa cuando el agua se haya evaporado.
6 Comments
Leave your reply.