Receta de Pan de Muerto
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De los 10 años que llevo viviendo en Estados Unidos, este ha sido el primero en que me he atrevido a preparar el delicioso pan de muerto, uno de los platos típicos en la celebración del Día de los Muertos.
Gracias a la numerosa comunidad mexicana residente en California, he podido aprender un poco de sus legendarias tradiciones. Confieso que anteriormente me asustaba la idea de celebrar a las personas que han pasado a mejor vida, pero ahora que sé algo más del tema y sobretodo después de haber probado el rico pan de muerto, entiendo mucho mejor este festejo.
Hace unas semanas estuve invitada a las instalaciones de Nestlé ubicadas en Glendale, para conocer detalles del Día de los Muertos y algunas de las maneras en que podemos celebrarlo. Por supuesto los deliciosos productos Nestlé estuvieron presentes en la jornada, como el chocolate Abuelita, el café de olla Nescafé y mi favorito, la leche condensada La Lechera.
Precisamente con La Lechera preparamos el famoso pan de muerto, uno de los platos típicos de la fiesta y que usualmente es usado como ofrenda para quienes ya han fallecido. Se decora con figuras de huesos hechas con la misma masa con que se elabora el pan. Yo lo disfruté con una taza de chocolate caliente y seguramente tendré que preparar más, a todos en esta casa nos pareció riquísimo.
Si nunca has preparado pan, esta es una buena manera para iniciarte. La receta es bastante sencilla y la puedes encontrar a continuación:
- 1¼ cucharadita de levadura seca activa
- ¼ taza de agua tibia
- ¼ taza de leche condensada La Lechera
- ¼ taza de mantequilla sin sal
- ½ cucharadita de semillas de anís
- ¼ cucharadita de sal
- 2 huevos grandes a temperatura ambiente
- 2¼ tazas de harina
- 1 yema de huevo batida con 2 cucharaditas de agua
- 1 cucharada de azúcar granulada
- En un recipiente pequeño, mezclar la levadura con el agua tibia (100-110 °F ó 37-43 °C). Dejar reposar por 10 minutos.
- En una sartén o en el microondas, calentar la leche condensada junto a la mantequilla, hasta que esta última se derrita.
- En un recipiente metálico grande, combinar las semillas de anís, la sal, la mezcla de mantequilla y leche condensada, al igual que la preparación de levadura. Mezclar muy bien todos estos ingredientes.
- Incorporar los huevos, 1 taza de harina, y seguir mezclando hasta que se vaya convirtiendo en una masa homogénea. Continuar añadiendo la harina restante poco a poco, sin dejar de remover la masa.
- Amasar por 5 minutos con la ayuda de las manos, hasta que la preparación esté elástica y no se pegue.
- Acomodarla en un molde grande engrasado y cubrirlo con plástico. Dejarlo crecer por 1 hora aproximadamente.
- Cubrir con papel encerado un molde para horno.
- Golpear con el puño la masa para trabajarla y separar 3 porciones pequeñas en forma de bolitas (del tamaño de 1 cucharada cada una).
- Estirar dos de ellas para darles forma de huesos y colocarlas imitando una X en la parte superior de la masa.
- Hacer una cara de calavera con la bolita restante y ponerla en la intersección de los dos huesos o X. Oprimir con fuerza para que se pegue a la masa.
- Acomodar la masa en el molde con papel encerado y dejarla crecer por 30 minutos.
- Calentar el horno a 350°F ó 176°C.
- Con una brocha, pintar la masa del pan con la mezcla de yema de huevo y agua.
- Hornear por 20 minutos, remover el pan del horno y pasarle otra capa de yema de huevo, espolvoreando el pan con el azúcar.
- Llevarlo nuevamente al horno por 20 minutos o hasta que el pan esté dorado.
- Se recomienda comerlo el mismo día en que se prepara.
Si te interesa conocer una versión similar a esta deliciosa receta, puedes encontrarla en este enlace. En ella se ha preparado el pan con un glaseado que contiene jugo de naranja. ¿Rico, verdad?
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