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Si te preguntabas por qué el blog estaba un poco abandonado desde hace unos meses, la razón principal es que ¡viene un bebé en camino! Sí, a mediados de agosto nuestra familia recibirá a un nuevo integrante, del que ya sabemos que es un niño.

Aunque la dicha de conocer a mi bebé es imposible de cuantificar, espero que los malestares que me han acompañado durante estas 21 semanas, desaparezcan de inmediato. Así me pasó en mi primer embarazo, mareos fuertes durante los 9 meses, incluso hasta en el día del parto.

Por ello, escribir se me ha hecho muy difícil y pido disculpas a mis lectores por no haber podido estar en contacto más cercano con ellos. Siempre saco un tiempo para contestar a cada uno de sus correos electrónicos y agradezco los mensajes que llegan con regularidad.

Ya algunos sospechaban mi silencio y por eso preguntaban si algún acontecimiento estaba por llegar. Una linda razón para seguir dando gracias a quienes me siguen a través de internet y con quienes hemos creado una familia virtual.

Esta mañana pude ver a mi bebé moviendo sus bracitos sin parar y terminando de degustar el desayuno que había servido unos minutos antes. Va a ser igual de glotón a la mamá, de eso no queda la menor duda.

A principios de diciembre, justo el día de mi cumpleaños, sospeché que venía un bebé en camino, noticia que hemos recibido como una gran bendición. Ya la peque se encargó días después de contarle a todos en el colegio de que será una “Big Sister” o una jiě jie como se dice en mandarín.

En poco tiempo tendremos que ir al garaje a buscar la cuna y algunas cositas que usó mi chiquita, para ir limpiándolas y poco a poco ir preparando la llegada del bebé. ¿Será que le incomodarán las cosas rosadas? Eso es lo malo de haber comprado todo de ese color. A renovar lo que se pueda, ¿verdad?

En próximas oportunidades te estaré mostrando las cositas que le han ido regalando al bebé, lo que pienso comprarle y ¡los antojos que me han dado!

¿Tuviste alguno en particular?