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Ya son cinco los días de Halloween que disfruto con el mejor regalo que me ha dado la vida, mi pequeña hija. Las celebraciones de antes no se parecen en nada a las que vivo ahora, estas vienen cargadas de momentos que son imposibles de olvidar. Te cuento un poco de cómo fue nuestro Halloween 2013:

Ya habíamos disfrutado en días pasados de las fiestas que se celebran en Knott’s Berry Farm y Disneyland. Este año visitamos el “pumpkin patch” en tres ocasiones pero la noche de Halloween fue el momento cumbre a todo un mes de celebración.

Mi peque pidió ser una bruja y yo “tuve” que ser su inseparable gato negro. La misma brujita se encargó de pintarme la cara y pedía continuamente que subiera en su escoba como fiel acompañante que debía ser.

Al mediodía llegamos a Newport Beach, donde nos encontramos con la tía Mary. Almorzamos en uno de nuestros lugares favoritos, el Fashion Island, y después la peque se dedicó a espantar a los peces de un estanque.

A las 4 de la tarde ya estábamos en casa, listas para el “trick-or-treat”. La bruja tomó su canasta , empezó a tocar puertas y su cesta comenzaba a llenarse rápidamente. Me sorprendió que este año muchas personas ofrecían dos opciones: apetecidos caramelos y saludables frutas, genial idea.

Cuando regresamos a nuestra casa, la bruja intercambiaba papeles y ahora era ella quien abría la puerta para entregar los dulces a los niños que gritaban “trick-or-treat”. Al principio se desanimó bastante porque pensó que nadie vendría a pedir dulces, hasta que de un momento a otro, una larga fila de monstruos, super héroes, princesas y animalitos, empezaron a desfilar por la puerta de su casa. ¡Su sonrisa no podía ser más grande! (y la mía, al verla tan feliz, también).

Espero que hayas disfrutado mucho de esta linda fiesta y que el próximo año sigamos teniendo la dicha de celebrarla.

¡Feliz post-Halloween!