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Si has notado que desde hace días este blog ha estado un poco callado, es porque quien está detrás de la pantalla del computador se encuentra descansando en el paraíso. Noooo, no me  he ido al cielo pero sí a un lugar muy parecido, con una belleza semejante y que posee un mar tan azul como el firmamento.

Hemos comido pescados y mariscos, tacos, ceviches y otras delicias más. Nos hemos refrescado con margaritas, piñas coladas y hasta con una bebida llena de colores llamada Riviera Maya.

Hemos podido disfrutar de esa hermosísima playa, tocar esa arena fresca, tan fina y clara como el azúcar, y jugar con las olas de agua tibia que trae el océano. La peque no ha salido de la piscina y todos los días pide que le pinten una mariposa en su cara.

Son las 8 de la mañana y en unas horas estaremos nadando con delfines en un acuario, bueno, yo soy tan cobarde que hasta estos tiernos animalitos me asustan, así que me he pedido ser la fotógrafa de la jornada.

Pronto te presentaré más fotos de nuestra estancia en el paraíso, ese lugar que los terrestres llamamos Cancún y que se enorgullece en poseer unas de las mejores playas del mundo.