Plan de amigas en Glen Ivy Hot Springs
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Por fin conocí Glen Ivy Hot Springs y después de hacerlo lamento el no haber ido antes, porque la experiencia fue sencillamente maravillosa. El plan se realizó después de sentirme exhausta tras duros días de trabajo, trasnochadas, madrugadas y la intensa última semana de clases de Emily.
Así fue que, en una noche en la que no tenía alientos, envié un mensaje de texto a mis amigas Daily y Carla, preguntando si se animaban a unirse pronto a este urgido plan. Obviamente la respuesta fue afirmativa y me llegó de manera inmediata. Ahí mismo concretamos una fecha y desde ahí ya empezaba a contar los días para tan anhelado evento.
A las 9 de la mañana estábamos las tres, muy emocionadas, en la puerta del spa. A la entrada de Glen Ivy pude ver una boutique muy bien surtida, en la que vendían ropa, accesorios y un montón de cosas lindas. Pero el afán por llegar a la cabaña que teníamos reservada no nos dejaba perder tiempo en nada, así que de inmediato emprendimos camino hacia nuestro oasis.
En Glen Ivy Hot Springs puedes guardar tus pertenencias en un casillero o locker, sin costo adicional. Recibes una llave en forma de pulsera, muy fácil de llevar a todas partes. Después de eso, ya solo quedaba…¡empezar a disfrutar!
Así fue el itinerario que seguimos en este plan de amigas, recomendación de las expertas del spa:
Primero nos sumergimos en las aguas minerales con la finalidad de abrir los poros de la piel, desintoxicar el cuerpo y relajar los músculos.
A continuación pasamos al Club Mud, donde cubrimos el cuerpo completamente con lodo. Una vez embadurnadas esperamos a que el barro se secase completamente, para luego removerlo y así exfoliar la piel.
Nos apuntamos a una humectación profunda en The Grotto, una cueva bajo tierra donde nutren tu piel de pies a cabeza, con una mezcla de aloe vera, aceite de coco, eucalipto y lavanda. Mientras la mascarilla hace efecto, te relajas en esa gruta climatizada, saliendo renovada de semejante experiencia.
Aquí viene la mejor parte del día y por la que desearía volver a Glen Ivy una y otra vez: Masaje Sueco de cuerpo completo con aceites esenciales. Tengo que anotar que fue el mejor masaje corporal que he recibido en mi vida y todo ello fue mérito de Robin. Así que si te apuntas a recibir este masaje en tu próxima visita a Glen Ivy, te recomiendo a ojos cerrados que reserves con ella.
El almuerzo fue en la cabaña. Después de haber salido flotando en una nube por el masaje tan espectacular que nos dieron, ordenamos un delicioso almuerzo, del extenso menú que dispone Glen Ivy Hot Springs. Decidir un solo plato no fue fácil porque todas las opciones eran apetecibles. Sin embargo al final, me decidí por una hamburguesa de atún Ahi y mis amigas pidieron unas ensaladas, que también estaban muy buenas.
El margarita en las rocas que pedí estaba exactamente como a mi me gusta. Cargadito, de buen sabor, helado…¡delicioso! Mis amigas eligieron una mimosa (que es la de la foto) y un Cosmopolitan.
Para terminar la jornada nos fuimos un rato a escuchar al DJ en una de las piscinas. Bailamos, nos reímos y nos olvidamos de las intensas semanas de trabajo que habíamos tenido. Salimos renovadas de esta grata experiencia, con ganas de repetirla muy pronto.
Tengo que comentar que el servicio al cliente en Glen Ivy es excepcional. Lo pude comprobar durante todo el día y más aun, cuando al ducharme dejé mi salida de baño en el vestidor. Fue muy fácil recuperarla en la recepción del spa, pues sus empleados mantienen impecable las instalaciones y constantemente recorren cada uno de sus rincones.
Agradezco enormemente a Glen Ivy Hot Springs por un día inolvidable para mi y mis amigas, y ¡seguramente pronto volveremos a vivir esta experiencia!
Más información sobre las maravillas de Glen Ivy en su página web. Y de paso sigue sus cuentas en Facebook, Instagram y Twitter, para conocer más detalles.
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