El vestido de Elsa (Frozen)
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Quienes tengan niñas pequeñas entenderán perfectamente esta historia. Mi nena quedó fascinada con la película Frozen desde el momento en que la vio por primera vez. Adora a todos los personajes del Reino de Arendelle, se sabe sus canciones, juega a crear castillos de hielo pero a esta diversión solo le faltaba una cosa: el vestido de Elsa.
Conseguirlo no fue una tarea fácil. Llevaba un año preguntando de tienda en tienda si lo tenían disponible y las respuestas fueran siempre NO. Si sacaban unos cuantos a la venta, segundos después en los escaparates no quedaba sino el recuerdo. Yo me daba por vencida pero mi niña, muy optimista, sabía que algún día el milagro se cumpliría y eso fue precisamente lo que ocurrió.
Buscando el jabón para lavar la ropa y otros artículos de aseo en una tienda Walmart, fui interrumpida en la labor para dirigirme hacia la sección de juguetes. La niña pedía con insistencia ver nuevamente los estantes para ver si habían traído el vestido de Elsa. Emití un suspiro y miré al techo, mientras empujaba el carrito, como suplicando a las alturas que el vestido estuviese allí.
Un grito de emoción, como el que tantas veces imaginé sucedería al encontrarlo, fue la señal que me indicó que el traje estaba ahí. Mi nena saltaba al mismo tiempo que su vocecita repetía: “Lo encontré, lo encontré”.
No dudó en probárselo ahí mismo pidiendo mi ayuda para poder ponérselo; parecía como si las manos le temblaran por la exaltación, pero en un abrir y cerrar de ojos, la niña ya no era mi niña. Ya se había transformado en la reina Elsa de Arendelle.
Pero ahí no terminaba todo…como si de un acto de magia se tratara, también habíamos encontrado a la venta las muñecas de Anna y Elsa. El tiempo que llevábamos buscando el vestido, fue el mismo que tardamos para encontrar las muñecas.
Ahora sí la felicidad era completa, terminé de hacer las compras en la tienda y aunque ella no decía nada, pude notar su impaciencia por llegar a casa. No más fue abrir la puerta para que esta pequeñita subiera a toda velocidad las escaleras y bajara transformada en la Reina Elsa de Arendelle.
La felicidad llega a veces de forma inesperada y en este caso se logró al conseguir el anhelado vestido de Elsa, el cual yo hace rato había calificado como imposible de encontrar. Si estás en la búsqueda de este traje o de las muñequitas de Frozen, corre a Walmart ¡antes de que se acaben!
#FROZENFun #CollectiveBias
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