Visita a Britax en North Carolina
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Aclaratoria: Este artículo ha sido patrocinado, ya que soy bloguera y miembro oficial del Britax Latina Advisory Board. Como siempre, todas las opiniones, ideas e historias son propias.
Hace unas semanas estuve viajando al otro lado del país, con una razón muy especial, conocer las nuevas instalaciones de Britax. Esta clase de encuentros dejan siempre muy buenos recuerdos y la satisfacción en alto, al poder ser embajadora de una marca como esta.
Este es el breve recuento de la experiencia:
Julio 25
6:15 a.m. ya me encontraba sentada en el avión que me llevaría hasta la otra costa de Estados Unidos y como cosa rara, olvidé los libros y revistas que me harían más corta la travesía por el país. El surface los reemplazaría, de gran ayuda fueron los juegos de gatos y tiburones que mi hija ha descargado en el aparato electrónico.
5:30 p.m. Ya he aterrizado en el aeropuerto de Charlotte y amablemente fuimos recibidas para dirigirnos al hotel. Tengo 5 minutos para cambiarme de ropa y llegar al lobby para reunirme con el grupo.
6:00 p.m. La cena empieza en medio de risas y amenas conversaciones con el equipo de mercadeo de Britax. El menú se componía de camarones, ensalada con queso y nueces, y como plato fuerte escogí Beef Tenderloin. El postre fue lo que más me gustó: “Mascarpone Strawberry Verrine”
10:00 p.m. Ya en la habitación del hotel e intentando convencer a mi cerebro de que NO eran las 7 p.m. de California y que a las 8 de la mañana hora local, debía estar lista en el lobby.
Julio 26
2:00 a.m. Mis ojos continuaban abiertos…
8:00 a.m. Saludo de buenos días a mis compañeras y ya nos dirigíamos hacia las nuevas instalaciones de Britax.
8:30 a.m. Desayuno y a trabajar. Ideas, planes y muy buenos proyectos llenaron una mañana productiva.
10:00 a.m. El cambio de horario y la trasnochada se sentían con más fuerza, tiempo de tomar un café.
12:00 p.m. Delicioso almuerzo y ahora sí lista para conocer el enorme edificio. ¿Dije enorme? Es gigantesco, seguía sin encontrar robots y máquinas; con emoción vuelvo a ver que son humanos quienes ensamblan manualmente y paso a paso, las sillas para niños.
3:00 p.m. La reunión terminaba y nos dirigíamos hacia el aeropuerto. Abrazos de despedida y mucho agradecimiento por las atenciones recibidas. Corazón contento al pertenecer a este gran equipo y con ganas de llegar a casa a abrazar a la pequeñita.
El el vuelo de regreso me acompañaba “Pepa”, la nueva mascota que te presentaré en poco tiempo, y nuevamente los juegos de la tableta (así fueran de tiburones y gatos), volvieron a ser de gran utilidad.
Gracias Britax por llevar seguros a nuestros niños y
por haberme elegido como miembro de este valioso equipo.
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