Mis debilidades…
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Hay cosas a las que sencillamente no puedo decir que NO, a las que me rindo sin protestar…todas relacionadas con comida. Una de ellas es el chocolate blanco (especialmente si lo acompaño de peanuts –maní, cacahuetes o cacahuates-) y otra es la pizza. No importa si estoy llena, acabo de comer o es medianoche. Son mis debilidades.
Ejemplo claro de esta debilidad fue lo que ocurrió el viernes: Recogí a Emily en el colegio y luego fuimos a los supermercados. Lo digo en plural, porque no compro todo en un mismo lugar; me gustan los congelados de uno, las verduras de otro, para las carnes tengo mi preferido… También pasé por la frutería a recoger las manzanas amarillas que a mi niña tanto le gustan. Todo eso lo hacía mirando el reloj, pues a las 8:30 p.m. había quedado de verme con unas amigas.
Emily tenía hambre y quería su comida rápido, así que la pizza con prosciutto y albahaca fue el menú de esa noche. Yo no iba a comer pues pensaba pedir algo en el restaurante pero el olor de la pizza es completamente irresistible y me vi sacando un plato para mí. Devoré dos porciones en un segundo y cuando la niña terminó de comer, empecé a alistar mi salida, esperando a que Daddy llegara y se encargara de acompañar a Emily. A las 8:30 por fin pude salir y mis amigas ya estaban en el restaurante. Pensé que no iba a comer pues la pizza me había llenado, pero una solitaria canasta de chips con salsa estaba en frente de mí, así que este fue el acompañante perfecto para mi margarita “on the rocks”.
Al llegar a casa, Daddy sugirió ver una película y la idea me llamó la atención, la escogida fue Bridesmaids. Fui corriendo a traer algo que tenía en mente desde la tarde que fuimos al supermercado, dos de mis debilidades: chocolate blanco y peanuts. Había pasado ya la medianoche y yo continuaba comiendo…sin parar. Pero quién puede decir que no a tales manjares?
Transcurrieron 20 minutos (eso creo yo) y me di cuenta que me estaba quedando dormida. El típico salto que pegamos cuando estamos cayendo en la profundidad del sueño. Miré a mi acompañante (daddy) y al parecer abrimos los ojos al mismo tiempo, estábamos en las mismas.
En fin, que hay cosas a las que todavía no he aprendido a decirles NO. Cuáles son las tuyas? Quizá las fotos de arriba te ayuden a decidir…
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